Hay tres formas de hacer las cosas: la buena, la mala y la mia.

Ordenar es una acción sobrevalorada. Dicen que mi habitación está desordenada, que mi cuaderno es un caos, que mi letra es ilegible y que mi manera de hacer las cosas es la mala. Que puedo hacer, si mi mente está de la misma forma.

Vivimos en una sociedad donde estamos sometidos a presión día a día, donde a veces lo único que te salva de la desesperación es la actitud pasotista, fingir que todo te da igual, cuando lo que en realidad quieres es gritar desafinando como Justin Bieber y decirle al mundo, que tú, tus ideas y tus cojones estáis ahí y que ni se le ocurra volver a pisaros, Pero también hay días de estos que te levantas con ganas de levantarte antes de que suene el despertador, que cantas Green Day a todo pulmón en la ducha, mientras haces el moonwalker en la porcelana resbaladiza; que hasta las clases de literatura te parecen interesantes, que crees que hasta la canción de España en Eurovisión merecía ganar, que repartes chicles a todos los que están a tu alrededor, que ningún capullo te lo estropeará y que Everythings it´s gonna be allright.

No espereres que la gente haga las cosas como tu las harías.

Odio elegir una opción y tener que eliminar el resto. Odio hacer lo que me dice la gente. Odio mi falta de constancia. Odio los prejuicios y los pensamiento retrogradas. Odio odiar, pero no me queda más remedio.

En caso de asteroide...

Y mientras te das la vuelta en la cama, intentando recodar con que recuerdo o idea llegaste a la que en ese instante fluye por tu cabeza, caes en la cuenta (a parte de lo fresquita que esta el otro lado de la almohada), que hay cosas en tu vida que aunque no te gustan, si las suprimes (al igual que hace tu profesora de lengua con la mitad de tu respuesta en el examen), tu vida, simplemente, no es igual, y esos detalles que rezuman de tu personalidad se esfumarían como se esfumaron el propósito de estudiar que tenias el día antes del examen.

Debería estimular mi subconsciente antisistema.

Relationships.

Porque toda tu vida se debate en si hacer lo que te dice la cabeza o el corazon. Muchas veces te dejas aconsejar por personas que buscan en tus elecciones sus propios intereses, sin importarles las concecuencias que pueden tener para ti lo que decidas.
Es ahi donde tus verdaderos amigos destacan sobre el resto, no solo guiandote en tomar las deciones que creen que serian mejores para ti, sino muchas veces diciendote un simple "no se tio" que demuestra que ante la ignoracia sobre las concuenciasde tus desiciones, prefieren ser neutrales a elegir lo que les conviene o lo que les gustaria que ocurriese.
Encuentra a tus amigos y no los sueltes, porque un verdadero amigo es el que esta ahi, aunque quizas preferiria estar en otro sitio.

Está ahí, en tu cabeza.

Pero entonces empiezas a olvidar, sin saber si el problema es el olvido o la tranquilidad que te sobrelleva aun a sabiendas de la pequeña amnesia que poco a poco se apodera de ti.
Y asi, en pequeñas dosis, tus recuerdos se nublan y en tu mente solo queda el vago recuerdo de que, tiempo atrás, algo estaba ahi haciendose notar, pero que subitamente se esfumo tan lento, pero a su vez tan rapido, que ni te percataste de ello, y ahora de manera tan repentina como se esfumo, lo echas de menos.