domingo, 1 de septiembre de 2013

RL15

<<Y se prometió a sí mismo no volver a verla. Aunque también había prometido no volver a fumar, ni volver a morderse las uñas.
Pero allí estaba, sentado en un banco del parque mientras hacia ambas cosas. Y mientras observaba el humo del cigarrillo disiparse en la atmósfera, recordó. Recordó aquellas tardes en su habitación, tan eternas y tan efímeras, como un reloj de arena en ingravidez. Recordó como él pasaba su dedo indice izquierdo por los lunares de su espalda desnuda, pintando constelaciones; dos en el centro, de color marron, y uno negro a la izquierda, cerca de su pecho. Recordó como ella, mientras él hacia esto, flotaba sobre las sábanas con  el flequillo sobre los ojos con una naturalidad y despreocupación que muchos artistas hubieran querido para sus musas. Recordó como él la había mordido perezosamente detrás del cuello, y ella se había girado riéndose para darle un cachete cariñoso. 
Recordó su sonrisa, y como se desperezaba al levantarse. Y eso, eso fue demasiado.

Malditos recuerdos. Malditos y maravillosos recuerdos>>